Con Lionel Messi como titular, Inter Miami visita este miércoles al vigente campeón Colombus Crew en Ohio, en un partido correspondiente a la fecha 36 de la Conferencia Este de la MLS que el equipo de Florida lidera con comodidad. El duelo tiene un significado especial: una victoria de las Garzas le permitirá ganar el Supporters’ Shield, el que sería el segundo título oficial en la historia del club y que le aseguraría, además, tener siempre la ventaja de definir como local en los playoffs. También juegan desde el inicio Marcelo Weigandt y Federico Redondo.
El juego comenzó con una imprecisión: Redondo buscó hacia atrás a Noah Allen, pero la pelota se fue al lateral, cerca de la línea de fondo, y antes del primer minuto el local ya tenía el primer córner a su favor. A los 7, otro susto: Camilo Hernández recibió, definió fuerte ante un desprotegido Callender y salió a gritar su gol, que enseguida fue invalidado porque estaba el delantero adelantado. Al inicio no hacía pie el líder de la liga, con Messi marcado muy de cerca por el danés Malte Amundsen.
Inter Miami suele comenzar algo frío sus partidos y este encuentro no fue la excepción. El gesto adusto de Martino al lado del campo decía bastante. Leo optó por moverse hacia un lateral, bajando a la mitad de la cancha. Era una opción para llevarlos lejos a sus marcadores en ese tramo del encuentro.
Llegó por sorpresa Weigandt para llevar peligro a los 23, al ingresar por detrás de la defensa y buscar a Messi por encima del arquero, en una acción que derivó en tiro de esquina. Tras la ejecución, el Chelo anotó en el centro del rosarino, pero la asistente cobró offside, aunque pareció que el exBoca estaba habilitado. Todo Inter Miami reclamó airadamente.
Enseguida, el juego pareció adormecerse. Christian Ramírez casi los despierta a todos con un remate desde afuera del área que se fue junto al palo. La repetición de faltas le significó antes de los 40 minutos una tarjeta amarilla a Redondo, que llegó a las cinco en el torneo y no podrá jugar el sábado en la visita a Toronto.
Se diluía el primer tiempo y llegó la apertura del marcador, con Messi vestido de Julián Álvarez contra Croacia en el Mundial de Qatar. La controló tras el envío de Jordi Alba, se la llevó de prepo en el intento de despeje de uno de sus dos marcadores y definió a un costado del arquero. Fue el 1-0, pese al suspenso que le puso un VAR que buscaba una posible mano.
Se marcaron cinco minutos extra y en el último de ellos hubo un tiro libre para Inter Miami. Allí fue Messi para construir otra joya y poner a su equipo 2-0. El zurdazo superó la barrera y las ilusiones del arquero de que el balón no ingresara. Un golazo. Lleva 17 goles en 17 partidos jugados con el equipo en esta temporada. También 17 asistencias.
En el segundo tiempo, Inter Miami también arrancó en cámara lenta y el uruguayo Diego Rossi no perdonó: tomó el rebote luego de un mal despeje de Jordi Alba y su gran definición fue el descuento: 2-1. Iban un puñado de segundos.
Se tardó más en revisar la jugada que en volver a ver otro gol, pero esta vez de Luis Suárez, que aprovechó un blooper entre el arquero Patrick Schulte y su compañero Rudy Camacho para empujarla de cabeza hacia la red y poner el 3-1. Instantes antes habían sacado del medio.
Las emociones siguieron sin respiro: una mano de Allen, cuando la pelota se estaba yendo por la línea de fondo y Steven Moreira lo presionó, le dio la posibilidad de un penal a Columbus Crew a los 15 minutos. “Cucho” Hernández no falló y el local volvió a descontar. Ahora, 3-2.
Partido frenético, al achique en la diferencia en el marcador le siguió otra contingencia que podría llevarle alivio a Inter Miami: Camacho fue a marcar fuerte, con plancha sobre Redondo, y el árbitro le mostró la tarjeta roja al defensor central.
A 20 minutos del final, Messi mira a sus compañeros y hace una seña inequívoca: las palmas de las manos bajan y suben con los dedos abiertos. Pide calma, ser inteligentes con la ventaja, no desprotegerse. Por momentos, el equipo pierde la pelota rápido y no aprovecha el jugador demás para avanzar con más orden y astucia. Su rival apela a los cambios para intentar cambiar el rumbo del partido.
Para consagrarse campeón esta misma noche, Inter Miami debe ganar, lo que implicaría sacarle 10 puntos de ventaja a LA Galaxy (enfrenta más tarde a Colorado Rapids) y 11 al propio Columbus Crew, que tiene un encuentro pendiente, además de los dos juegos que restan para concluir el torneo. Un empate no les alcanzará a los dirigidos por el Tata para dar la vuelta olímpica este miércoles, aunque los dejaría a apenas dos unidades del título. La derrota, en cambio, le pondría suspenso a la definición.
LA NACION