El libre mercado es el sistema en el cual los precios de los bienes se acuerda por el consentimiento entre los oferentes y los demandantes. Las leyes de la oferta y de la demanda. A partir de allí, los precios se acomodan naturalmente, como el cauce de un río que busca la salida al mar. El agua irá por el camino más directo posible. En cualquier mercado que no esté regulado, directamente se establecen los acuerdos según las necesidades. Si hay una disciplina deportiva que se maneje por el riguroso y, por qué no despiadado mercado, es la Fórmula 1.
En la máxima categoría del automovilismo internacional, la regla del dinero es imperativa hasta en los detalles mínimos. Presupuestos millonarios danzan alrededor de los equipos, de los pilotos, de los Grandes Premios.
Pero como en todo mercado, hay que aportar valor. De lo contrario, la Fórmula 1, sin miramientos, margina hasta al más creído.
Franco Colapinto llegó inesperadamente al circo. No porque sus condiciones fueran insuficientes, sino porque la categoría parecía transitar aguas calmas en cuanto al tránsito de los equipos junto con sus pilotos.
Colapinto celebra con el equipo la joranda inmejorable de Williams.Pero Logan Sargeant, con magras actuaciones y un golpe insólito en Países Bajos, abrió las puertas de la gloria para el argentino, que ascendiendo cada escalón de la tarima hacia su gran objetivo, fue el elegido para ocupar esa butaca del team Williams.
Debutó en Monza, con una gran actuación que lo dejó en el 12° lugar como resultado final de un fin de semana histórico. Y ahora Bakú, donde no sólo fue sólido en su andar, sino que además entró en la zona de puntos.
Colapinto no pasa inadvertido en la Fórmula 1. Por supuesto que el aspecto deportivo es el que pesa. Y el chico de 21 años cumple con cada misión asignada en la disciplina. Lo refleja con los resultados.
Pero además llama la atención de todos. Descontracturado, habla con la prensa como si estuviese por competir con sus amigos en una pista de karting, arrasa en las redes sociales y es dueño de un carisma fabuloso, algo que no se consigue ni se construye fácilmente.
Colapinto tiene lo que resta de la temporada 2024 asegurado. Junto con Alex Albon, competirán para Williams hasta la última fecha, en Abu Dhabi. Pero para 2025, el equipo de Grove ya firmó con el piloto español Carlos Sainz Jr, que dejará Ferrari tras el término el ejercicio actual.
¿Qué será del futuro del argentino entonces? Nada es nuevo. Todo esto se sabía desde el mismo anuncio del chico de Pilar para el compromiso de Monza. Pero su paso por la Fórmula 1 es tan grandilocuente que hasta el propio Lewis Hamilton lo destaca en los medios y en las redes. Y ya comienzan las especulaciones.
Foto: EFE/EPA/YURI KOCHETKOVClaro que las versiones no salen de cualquier lugar. El propio James Volwes, jefe de Williams, indicó en una entrevista a Motorsport que quiere ver a Colapinto sentado en una butaca de un Fórmula 1 el año próximo.
Estas palabras no pasaron inadvertidas. Obviamente que tomó trascendencia de inmediato. Y por ende, se analizan las opciones.
La Fórmula 1 no tiene vacantes al por mayor para ofrecer un sitio al argentino. De hecho, hay un solo lugar al que se apunta para que Colapinto continúe en la máxima categoría. Y ese lugar es el equipo Sauber, el mismo con el que Norberto Fontana entró también a la F1 en la temporada 1997 (en aquella oportunidad por la lesión del piloto titular Gianni Morbidelli).
Sauber es un equipo en reconstrucción. A partir de 2026 será el flamante team Audi. Los alemanes, tras el éxito conseguido en la gran aventura del Dakar, con un auto motorizado por la novedosa tecnología eléctrica dentro de una actividad por demás exigente en el medio del desierto de Arabia Saudita, ahora se embarca en otro gran desafío.
Es cierto que los primeros pasos no fueron los ideales. Algunos plazos no se cumplieron como se deseaba, hubo cambios en el medio.
Hace pocos meses se anunció la llegada de Mattia Binotto, ex responsable de Ferrari, y hace apenas 40 días el ingreso de Jonathan Wheatley, con pasado exitoso por Red Bull, como jefe de equipo.
Esto es parte de la Fórmula 1. Que un equipo ceda un piloto a otro. Moneda corriente para un mercado que se mueve al compás de los intereses. «Espero de verdad que siga compitiendo en la Fórmula 1. Quiero que corra en 2025 y preferentemente en la Fórmula 1», afirmó el mandamás de Williams.
Foto: REUTERS/Maxim ShemetovEsto no significa que el argentino cambie de equipo definitivamente. Sería como un préstamo. «Por supuesto que estará con nosotros», remarcó Volwes.
Colapinto suma una cantidad de patrocinadores que lo ubican en un lugar destacado dentro de la actividad. Se sabe que Globant tiene buena parte de la responsabilidad para que el argentino acelere en la máxima categoría. Pero esa empresa, además, es sponsor directo de la Fórmula 1, independientemente de Williams.
El piloto nacional no depende sólo del unicornio. Detrás de él, un grupo de compañías, de las más variadas, se unieron para la causa. Y apuestan por un deportista que cuenta con el gran valor de generar una movida mediática sorprendente, de un piloto que parece manejarse con la experiencia de los más veteranos y con la frescura de un chico que se desenvuelve en su hábitat natural.
¿Y si no hay F1 para Franco en 2025? Se estima que la Fórmula 2 es el lugar ideal para estar bien cerca del centro de operaciones. Algunos hablan de otras categorías internacionales, como el Mundial de Resistencia (WEC), o la Super Fórmula japonesa, que por potencia es una opción válida, aunque tan lejana geográficamente que parece utópico.
Todo piloto debe sostenerse en las patas de un negocio bien claro: aptitud conductiva y sostén económico. Colapinto reúne ambas necesidades para surfear las despiadadas aguas del libre mercado de la Fórmula 1. Al valor necesario para hacerse un lugar, cuenta con otras dotes que invitan al máximo responsable de su equipo, a esbozar la idea de una continuidad, aunque sea en otro equipo. No había necesidad de semejante declaración de Volwes. Pero puede que el mercado, en todo y en el mejor sentido, empuje para definir el futuro inmediato de Franco Colapinto en la Fórmula 1.