El reciente anuncio de la compañía Fluor Corporation sobre la viabilidad económica de un importante yacimiento de elementos de tierras raras descubierto en la mina Brook Mine, en Wyoming, ha marcado un punto de inflexión para la industria minera estadounidense.
Este descubrimiento, liderado por Ramaco Resources, una empresa originalmente centrada en la minería del carbón metalúrgico, posiciona a Estados Unidos en una trayectoria hacia la autosuficiencia en minerales estratégicos, reduciendo así su histórica dependencia de importaciones, especialmente de China.
Este avance no habría sido posible sin el marco regulatorio más flexible que se instauró durante la administración deDonald Trump. En su esfuerzo por impulsar la autosuficiencia energética y mineral del país, el gobierno de Trump desreguló varios aspectos del sector minero, acelerando la concesión de permisos y eliminando barreras burocráticas que anteriormente ralentizaban la exploración y explotación de recursos minerales.
En 2017, Trump firmó una orden ejecutiva que clasificó a los elementos de tierras raras como »minerales críticos» para la seguridad nacional, dando prioridad al desarrollo de cadenas de suministro domésticas. Estas medidas crearon las condiciones necesarias para que proyectos como el de Brook Mine avanzaran con mayor agilidad y respaldo institucional.
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Ramaco Resources, con sede en Lexington, Kentucky, dio un giro estratégico al alejarse de su enfoque tradicional en el carbón para explorar oportunidades en el creciente mercado de tierras raras.
Su mina Brook Mine, anteriormente destinada a la producción de carbón, se convirtió en el epicentro de un hallazgo inesperado pero crucial: depósitos económicamente viables de disprosio, neodimio y escandio.
Estos elementos son fundamentales para la fabricación de imanes permanentes de alto rendimiento utilizados en vehículos eléctricos, turbinas eólicas y sistemas electrónicos avanzados, incluyendo aplicaciones militares.
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Según la Evaluación Económica Preliminar (PEA) realizada por Fluor, el proyecto proyecta un valor presente neto (NPV) de USD 1.197 mil millones con una tasa interna de retorno (IRR) del 38% antes de impuestos.
Se estima una producción anual de 1.242 toneladas de óxidos, lo que podría cubrir entre el 3% y el 5% de la demanda total de imanes permanentes en Estados Unidos.
Este aporte es especialmente relevante en un contexto donde China controla aproximadamente el 85% de la producción global de tierras raras y ha utilizado esa posición como palanca geopolítica en negociaciones comerciales.
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El CEO de Ramaco, Randall Atkins, ha subrayado la importancia estratégica de este descubrimiento, no solo desde el punto de vista económico, sino también en términos de seguridad nacional.
Ramaco planea establecer instalaciones de procesamiento en suelo estadounidense, lo que permitiría construir una cadena de suministro integrada y 100% nacional, desde la extracción hasta la manufactura de productos intermedios. Esta visión responde al llamado nacional de fortalecer sectores críticos ante posibles interrupciones globales.