Emmanuel Álvarez Agis, exviceministro de Economía durante la segunda presidencia de Cristina Kirchner, reveló detalles sobre el proceso de expropiación de YPF, concretado en mayo de 2012. Según el economista, no se trató de una decisión impulsiva, sino el resultado de una negociación fallida con la petrolera Repsol. “No fue que un día se levantó Cristina (Kirchner) y dijo: ‘Me quedo con YPF’”, afirmó durante una entrevista radial.
En diálogo con Radio Con Vos, indicó que la discusión por la estatización inició en septiembre de 2011. En ese momento, se desempeñaba como subsecretario de Programación Macroeconómica dentro del equipo del entonces viceministro de Economía, Axel Kicillof. En 2013, el actual gobernador bonaerense asumió como ministro de la cartera y designó como viceministro a Álvarez Agis.
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“No fue que un día se levantó Cristina y dijo: ‘Me quedo con YPF’. Antes de llegar a la decisión, el equipo económico tuvo muchas reuniones con Repsol. Intentamos buscar políticas que permitieran cumplir con lo que querían, y lo que el Estado necesitaba, que era que se pusiera en producción Vaca Muerta. En esas discusiones, Antonio Brufau -entonces presidente de la petrolera española- confesó que lo que estaban buscando era vender Vaca Muerta y tenían ofertas firmes«, relató.
En cuanto a la decisión del Estado argentino, el exfuncionario dijo: «Yo entiendo que ahora parece que había un gobierno chavista, estatista o comunista, que quería quedarse con una empresa privada”. Sin embargo, indicó que la visión del equipo económico que integró tenía el objetivo de “encontrar una solución mediante mecanismos de mercado, en algún acuerdo con la empresa y el sector en su conjunto”.
“Muchos utilizan esto políticamente, pero acá se juega el interés del país. Nos deberíamos sacar un poco las cuestiones partidarias y entender que las leyes nacionales tienen que estar por encima de los estatutos de una empresa”. Y explicó: “Tuvimos que tomar una decisión que no nos gustó. ¿Cuál? Estatizar YPF. ¿Por qué? Porque creíamos que era el mal menor para un bien mayor».
Sobre la situación societaria de la petrolera argentina previo a la expropiación, Álvarez Agis dijo: “Fue un error estresar el balance YPF para distribuir dividendos destinados a que un accionista pudiera terminar siendo propietario de las acciones, con una compañía que claramente tenía un desafío de inversión muy grande por delante, incluso antes de que Vaca Muerta se volviera rentable”.
“Si la elección del grupo inversor (Petersen) estuvo amañada, no lo sé, no me consta. No me interesa opinar sobre eso. Mi fuerte es la economía. Desde el punto de vista económico, ¿tiene sentido someter a YPF a una distribución de dividendos tan grandes como las que tuvo para que un accionista se quede con el 25% de la compañía, sea nacional, amigo del presidente o extranjero? No”, agregó el exviceministro.
Al mismo tiempo, el economista advirtió: «En mi experiencia en gestión, nadie nunca me dijo a mí ni al equipo económico: ‘Che, cuidado con Petersen. Hagamos un tratamiento judicial’. De hecho, era conocido por todos que la decisión de estatización terminaba haciendo que Petersen tuviera que entregar las acciones que tenía en garantía”.
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El economista también explicó que durante el gobierno de Carlos Menem, se escribió un estatuto que señalaba que “si en algún momento el Estado quisiera recuperar más del 49% del paquete accionario de YPF, quedaba obligado a hacerle una oferta de compra al resto de los accionistas a un valor cuatro veces mayor a la tasación del mercado”.
“Abogados del Estado, estudios jurídicos privados de la Argentina y del exterior dictaminaron entonces que ese estatuto se daba a patadas con la Constitución Nacional. Y esa es la razón por la cual el Estado, al expropiar YPF, entiende que no tiene que hacer una oferta al otro 49% de los accionistas privados. No es que no se hizo para ahorrar plata, por hacernos los vivos, los machos, los genios”, indicó.
“No es que charlamos con Axel (Kicillof) un día y dijimos: ‘Vamos para adelante, viva la Argentina’. No. La decisión de no hacer una oferta del 49% estuvo avalada por la jurisprudencia de la Argentina, por los mejores estudios de abogados y la propia fuerza del Estado”, agregó.
Otro punto que resaltó el economista fue que el valor que la Justicia norteamericana le exigió pagar al Estado está mal calculado: “El estatuto de YPF dice que la oferta que hay que hacerla del 49% de los accionistas minoritarios, hay que hacerla en pesos. La jurisprudencia norteamericana dice que cuando vos tenés un fallo en contra, el momento de hacer la conversión a dólares es el momento del fallo”. Según Álvarez Agis, esta cifra es de 125 millones de dólares. “La discusión de que hay que pagar 16.000 millones de dólares es un título para los diarios”, insistió.
“Lo que veo es parecido al caso de los fondos buitres. Veo una injerencia de tribunales extranjeros, y con una peligrosidad de que esto siente un precedente internacional peligroso. Creo que, si un juez en Nueva York va a resolver controversias entre la Constitución Nacional y el estatuto de una compañía, el mundo se puede ir a lugares muy extraños”, alertó sobre el fallo de la jueza Preska.
TV/ff