Los jugadores argentinos están teniendo problemas para controlar y manejar la pelota. Es más: muchas veces están llegando al límite de la infracción a marcar a los africanos. Almada entra poco en juego.
26′ PT. Argentina no puede por arriba
El equipo argentino busca abrir el marcador e intenta por todos lados, pero por arriba no puede encontrar soluciones. Una pelota parada de Almada no pudo ser conectada por Otamendi que es la referencia en cada acción aérea.
Primer remate al arco. Ilias Akhomach, en posición de 7, enganchó hacia adentro y remató de zurda y afuera.
18′ PT. Controla argentina la furia de Marruecos
Con Otamendi como estandarte, la selección argentina controla el desarrollo, resuelve la presión de Marruecos y le da volumen en el ataque. Le falta más profundidad en los últimos metros.
El equipo argentino busca darle profundidad a sus ataques y tener el control del balón y gracias a Thiago Almada y de Kevin Zenón, que tácticamente están ubicados como enlaces, le dan al equipo de Mascherano un ritmo que incomoda a Marruecos.
5′ PT. Argentina sale de la presión
El equipo de Javier Mascherano logra acomodarse en el partido y logra intensidad con Julián Álvarez, Kevin Zenón y Lucas Beltrán en el ataque.
El equipo marroquí salió dispuesto a imponer condiciones y presiona a la selección argentina que le cuesta entrar en juego.
10.00 Comenzó la acción en París
Arrancó el duelo entre la selección argentina Sub 23 de fútbol y Marruecos, en un estadio copado por los hinchas del equipo africano.
Los fanáticos marroquíes coparon el estadio y en el momento en el que se entonó el himno del equipo africano, estallaron las tribunas. Impresionante los hinchas que “tapizaron” todo de rojo.
9.45 Los marroquíes no quieren a Julián Álvarez
El anuncio de las formaciones de los equipos calienta todavía más el ambiente en Saint-Ettiene y los hinchas marroquíes se encargan de hacerse sentir. Por eso cuando en la pantalla del estadio presentó a Julián Álvarez bajó una ola de silbidos. Ahora bien, cada mención de los jugadores de Marruecos se convirtió en un estruendo.
