Ni bien el presidente Javier Milei firmó el veto a la ley de financiamiento universitario la oposición empezó a moverse en el Congreso para rechazarlo cuanto antes, posiblemente antes de que termine septiembre, en una disputa que parece repetirse sin fin, pero que al Gobierno le cuesta cada vez más ganar y que, en esta ocasión, estará acompañada por la presión «de la calle» y podría derivar en una derrota múltiple si no consigue antes un acuerdo con gobernadores sobre los fondos que reclaman.
Horas después de cumplir con el veto que había anunciado a la ley que actualiza los gastos de funcionamiento y los salarios en las universidades, el Presidente también vetó en su totalidad la emergencia pediátrica, que destina más fondos al área con el Hospital Garrahan como símbolo. En la Cámara de Diputados daban casi por descontado el rechazo de ambos en una misma sesión.
«Las dos leyes se aprobaron acá con dos tercios o más. ¿Por qué no habría la misma mayoría ahora para la insistencia?«, apuntó un experimentado operador parlamentario de la oposición a iProfesional, en alusión a la cantidad de votos necesaria para bajar un veto y dejar en pie la ley objetada por el Gobierno.
Es decir, la oposición ya logró juntar esa mayoría para sancionar ambas leyes y nada indica hasta ahora que esto vaya a cambiar, mucho menos cuando la UBA y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) convocan a una marcha al Congreso para el día que se realice la sesión y cuando el oficialismo viene de sufrir un importante revés electoral en Buenos Aires y le cuesta recuperar a los aliados que perdió. Aún tiene margen para evitar otro golpe parlamentario, pero muy ajustado.
¿Cuándo podrían caer los vetos de Javier Milei sobre universidades y Garrahan?: el plan opositor
Los bloques de diputados de Unión por la Patria, Democracia para Siempre, Encuentro Federal y también un sector importante de la UCR intentan organizar la sesión para el próximo miércoles. Allí irán por la insistencia de las dos leyes y sumarían la emergencia en Bahía Blanca, otra que fue vetada por Milei. Así, redondearían una triple derrota para el Gobierno.
El proceso tiene una particularidad: cuando el Presidente veta una ley y la devuelve al Congreso, el tratamiento de la insistencia tiene que empezar en la Cámara donde se originó la norma vetada. Por eso el primer paso de la oposición será en Diputados. Luego le tocará al Senado, que ya viene de sepultar el veto a la emergencia en discapacidad.
La oposición está envalentonada y según supo iProfesional en la Cámara alta también quieren acelerar. La idea es aprovechar el envión y tratar de darle el rechazo definitivo a los vetos sobre universidades y Garrahan a la semana siguiente. Se apoyan, precisamente, en el hecho de que hace pocas semanas ya juntaron la mayoría de dos tercios que se requiere para habilitar el debate sin dictamen de comisión, primero, e insistir con la ley después.
Con la misma lógica, en el Senado esperan a que Milei firme el veto -como también anticipó- a la ley de los gobernadores que distribuye el Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) de forma automática entre las provincias, con la idea de llevarlo al recinto el 18 de septiembre, es decir el jueves siguiente a la sesión en Diputados.
Milei negocia contrarreloj con gobernadores aliados: ¿puede sostener los vetos con un nuevo acuerdo?
Hace tiempo que los legisladores y gobernadores aliados de LLA -que son cada vez menos- le advierten al Gobierno que el destrato a quienes lo han ayudado y la intransigencia para hacer acuerdos le permite a la oposición alcanzar cada vez más seguido esa mayoría de dos tercios que, en los hechos, le otorga a quien la reúne un control prácticamente total sobre el Congreso.
Con ese número es más fácil manejar la agenda o hacer tratamientos «exprés» de cualquier tema. Ahora el gobierno de Milei tiene pocas armas a la mano para resistir la avanzada opositora. Depende casi exclusivamente de los gobernadores, que están molestos porque el Ejecutivo les pisa los fondos que reclaman de ATN.
En un bloque de la oposición deslizaron a iProfesional que si bien la mayoría de dos tercios está prácticamente asegurada, hay dudas sobre el quórum para abrir la sesión que planifican para el miércoles. Estiman que les será más fácil de conseguir si Milei veta la ley de ATN porque casi todos los gobernadores harán bajar a sus diputados al recinto. Si no lo hace, el panorama puede cambiar.
Con la mira en ese pequeño margen, el flamante ministro del Interior, Lisandro Catalán, empezó a recibir este jueves a los gobernadores que sellaron una alianza electoral con LLA para octubre. Primero fue a la Casa Rosada Leandro Zdero (Chaco) y luego Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Alfredo Cornejo (Mendoza).
La idea de estos mandatarios, según indicaron en su entorno a iProfesional, es abrir una negociación alternativa a la ley de ATN que Milei también preveía vetar: que el reparto de esos fondos se incluya en el Presupuesto 2026. El Presidente anunciará y explicará ese proyecto el próximo lunes por cadena nacional. Por allí pasa la única chance que parece tener hoy el oficialismo de frustrar el rechazo a los vetos.
En tanto, el Gobierno ensaya un discurso que logre transmitir fortaleza. «Nosotros no vamos a entrar en el juego populista, no vamos a dejar que el Congreso haga desastres en pos de tener un voto más en la elección», expresó el vocero presidencial, Manuel Adorni. El Presidente se prepara a su vez para fundamentar sus vetos en la cadena nacional del lunes.
Universidades preparan una movilización masiva y hay presión «de la calle» al Congreso
El desafío para Milei es tal vez más difícil que los anteriores, porque la coyuntura política se ve trastocada hoy por el escándalo sobre presuntas coimas que pegó en el corazón del Gobierno y seguidamente por la derrota en las elecciones bonaerenses. Este clima ayudó a que la resistencia al veto sobre el financiamiento universitario se fortaleciera.
El flyer con la consigna «Milei vetó, hay marcha» circuló rápidamente por todas las redes sociales, apenas se conoció la noticia. Este jueves el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, encabezó una conferencia de prensa donde anticipó que la casa de altos estudios más importante del país funcionará «en estado crítico» y con «restricción» presupuestaria para llegar a fin de año debido a «la falta de actualización de gastos de funcionamiento.
Durante la conferencia, las autoridades de la UBA y representantes del CIN también anunciaron que «va a haber una gran manifestación nacional de toda la comunidad universitaria y científica» para «el día que la Cámara de Diputados trate el veto». Confían en que se sumará un amplio espectro de la sociedad, más aún si el mismo día se trata también la insistencia con ley sobre el Garrahan.
Esa presión «de la calle» también puede complicar el objetivo lógico del Gobierno de alcanzar algún tipo de entendimiento que le permita frustrar la sesión de Diputados. En tanto, dentro del Congreso se acumularon rápidamente las voces en contra los vetos, transversalmente entre los distintos bloques y en las dos Cámaras.
El clima en Diputados y el Senado, mal augurio para Milei
La diputada de Encuentro Federal Margarita Stolbizer cuestionó con ironía la decisión de Milei de vetar estas leyes. «Primera gran medida de la mesa de madera que reemplaza al triángulo de hierro», escribió en la red social X, y remató: «No entendieron nada».
«Rechazaremos este nuevo veto», adelantó por su parte el jefe del bloque Democracia para Siempre, Pablo Juliano, quien le advirtió al Presidente: «Usted fue elegido para gobernar para todos. Sus trabas ideológicas no pueden cercenar el futuro de los argentinos. Como diputados tenemos la obligación de insistir en la ley de Financiamiento Universitario».
Las críticas y el adelanto de un eventual nuevo rechazo a un veto presidencial sonó también en el Senado. «Veto total a la ley de financiamiento universitario. Plata hay, pero ya sabemos que se va para lo de Karina. Ni en su peor semana el gobierno de Javier Milei atina a hacer algo distinto. (…) Ahora a rechazar el veto en el Congreso», señaló Martín Lousteau, presidente de la UCR.
Incluso uno de sus rivales dentro del radicalismo, el también senador Maximiliano Abad, que en varias ocasiones colaboró con el oficialismo, advirtió: «El Gobierno persiste en un error que daña las bases del desarrollo argentino. No se puede seguir ajustando sobre la educación. La educación pública de calidad no es un gasto, es una inversión estratégica para el futuro del país».
A todos ellos se sumó otra voz importante. El cordobés Juan Schiaretti, exgobernador y candidato a diputado nacional por Provincias Unidas, remarcó que «la universidad pública argentina es un motor de movilidad social ascendente, de progreso y de desarrollo científico» y que «desfinanciarla significa cerrar la puerta al esfuerzo de millones de familias que sueñan con que sus hijos sean la primera generación universitaria».
Ese pronunciamiento anticipa que buena parte de los representantes cordobeses en el Congreso irán también contra el veto. En realidad, atienden a un aspecto que Milei ya pasó por alto en la oportunidad anterior que se discutió este tema y que es estratégico en términos electorales: en Córdoba, donde LLA ha tenido apoyo social importante, la universidad es una institución casi sagrada.
Una vez más Javier Milei se encamina a una pulseada muy difícil de ganar en el Congreso. Los vetos a la ley de financiamiento universitario y a la que asiste al Garrahan se dieron en un momento de máxima fragilidad parlamentaria para el oficialismo. La única llave parece estar en la flexibilidad o no de la Rosada para compensar a los gobernadores por los recursos que reclaman.