El desafío de rever el plan económico en un contexto político adverso

Compartir:

En lo económico el Gobierno logró cumplir el objetivo del mandato que le dio la sociedad en 2023, esto es, bajar la inflación. Sin embargo el costo que pagó fue alto. No solo en términos de actividad sino también de volatilidad, como se vio especialmente en estos últimos dos meses, desde el desarme de las LEFI que provocó un salto en las tasas de interés. Entonces el programa dejó de funcionar de acuerdo a lo planeado y probablemente vuelva a verse otra vez algo así con el dólar y la licitación de deuda de este miércoles.

La mayoría de los economistas, y en el propio Fondo Monetario Internacional, venían sosteniendo en el último tiempo que más temprano que tarde el modelo necesitará una recalibración del programa, esto es, desde una definición de una regla cambiaria, monetaria y también una de acumulación de reservas para enfrentar los desafíos que se vienen. Es que tras salir del cepo y acordar con el FMI, el Gobierno trabajó poco en la manera de generar divisas de manera genuina y esto indica que más allá de los proyectos de Vaca Muerta y el RIGI, la economía argentina tiene como principal oferente neto de dólares el campo, especialmente el complejo sojero.

Para lo que viene el Gobierno hará política económica sobre dos vigas.

La primera, el presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo, ambos, ratificaron anoche que continuará el equilibrio fiscal, acaso la principal ancla del modelo actual para estabilizar la economía.

La segunda, el modelo actual no es como la Convertibilidad o una Tablita que hace pensar cómo será “el día ‘después de”. Un salto en el dólar como el mercado espera no significará una ruptura de contratos.

Sin embargo ese paso no estará exento de desafíos. Primero para los argentinos, porque un tipo de cambio más elevado significará un impacto en la tasa de inflación. Segundo para el Presidente, porque un rebrote inflacionario será sinónimo de una menor popularidad y confianza en el Gobierno.

Hasta anoche no se sabía en qué contexto político el equipo económico haría la recalibración de las políticas monetaria y cambiaria (y de reservas), pero ahora sí se sabe que será en uno adverso para el Gobierno. Se tratará entonces de una parada más difícil para el Gobierno porque contará con menos capital y menos fragmentación opositora para recorrer no solo el camino que le queda hasta octubre sino hasta terminar el mandato en 2027.

Se hace difícil pensar cómo se puede recalibrar el programa sin vocación de diálogo por parte del Gobierno, principalmente cuando por delante tiene desafíos que necesitará de acuerdos políticos como el proyecto de Presupuesto 2026, pero también sostener un sendero de equilibrio fiscal para los próximos años. Así como pensar que con solo bajar la inflación alcanzaba para seducir al electorado también la estrategia de polarización ha sido un error porque no brinda las herramientas suficientes para transitar el camino que falta. Mucho menos para hacer política económica en un contexto político adverso.

También puede interesarte

El fracaso de Somos en la Provincia que apenas superó el 5% y terminó con la izquierda pegada

Somos Buenos Aires, el espacio variopinto armado entre el peronismo disidente y los intendentes radicales, fracasó en su...

Su madre llegó sola cuando él era chico, por años soñó con seguirla, y hoy brilla en Argentina: No noté discriminación

>LA NACION>Lifestyle8 de septiembre de 202503:0012 minutos de lectura'Jimi tenía 16 años cuando desembarcó en Buenos Aires, atravesado...

El plan económico más loco del mundo

EconomíaEl plan económico más loco del mundoCuatro meses después de que Milei anunciara que había llegado "la hora...