02/09/2025 21:05hs.
Parece muy lejano en el tiempo aquel 10 de febrero de 2016, cuando la tarde en Venezuela significó una película de terror para el plantel de Huracán, que viajaba al aeropuerto de Maiquetía para volver al país tras un encuentro por Copa Libertadores, contra Caracas.
Todavía hay coletazos del accidente que significó la amputación parcial de cuatro dedos del pie izquierdo de Patricio Toranzo y una grave lesión en el pie derecho para Diego Mendoza, que le dejó un dolor crónico que lo llevó a retirarse con apenas 31 años.
El fallo de la Justicia y el pedido de Toranzo y Mendoza
Después de nueve años, la Justicia Argentina falló (en primera instancia) a favor de los ex futbolistas y entre Globo y Conmbeol deberán pagarles 850.000 dólares (acá ingresan los honorarios de abogados, médicos y peritos). ¿El argumento? Que en su carácter de empleador la institución -en este caso Huracán, que no contaba con la ART- y la Conmebol no garantizaron la seguridad de los jugadores al momento del traslado. Sin embargo, desde Parque Patricios apelaron el dictamen, por lo que el final de esta historia tardará en llegar.
Pero esto no queda ahí. Es que en paralelo al veredicto del Poder Judicial, el Pato y Mendoza pidieron que Huracán sea embargado preventivamente por un monto cercano a 950 millones de pesos, el cual recae en todo ingreso monetario y cuentas bancarias del club en Banco Credicoop Cooperativo Ltdo. y Mercado Libre S.R.L.
Toranzo y Mendoza piden embargar a Huracán.
El terrible accidente que sufrieron los jugadores de Huracán en 2016
El equipo dirigido en aquel entonces por Eduardo Domínguez acababa de clasificarse a la Fase de Grupos de la Copa Libertadores 2016, al eliminar a Caracas 2-2 en el global, el 9 de febrero: fue victoria 1-0 en el Ducó y derrota 2-1 en suelo venezolano (los argentinos avanzaron por gol de visitante). Al día siguiente, la delegación Quemera se volvía a la Argentina en avión, pero la tarde se tornó oscura.
«Veíamos que el colectivo no estaba muy bien. El chofer tampoco manejaba muy bien. Es más, una vez nos tuvimos que bajar del micro porque hacía ruidos. Sentíamos que no estaba en condiciones», confesó Diego Mendoza hace unos años. Y el mal presagio no falló.
El colectivo se quedó sin frenos y empezó a tomar curvas a más de 100 km/h por la autopista. El chofer tuvo que tomar una de las tantas rampas de salida que tienen las autovías de Venezuela, pero era tal la velocidad a la que iba el micro que, a pesar de las piedras en el piso, embistió con mucha fuerza los montículos de tierra y roca. Eso provocó que el ómnibus volcara.
Así había quedado el micro del plantel de Huracán.
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