En medio de la tensión permanente por las retenciones el campo se niega a sacar el pie del acelerador productivo, y una muestra de esto es el endeudamiento que el sector agrícola –cereales, oleaginosas y forrajeras- viene tomando con los bancos.
Según un trabajo realizado por la Bolsa de Comercio de Rosario, en base a cifras del Banco Central, a junio pasado el stock de préstamos alcanzó los $ 4.100 millones, una cifra que representa nada menos que un crecimiento de 90% respecto de igual mes de 2024.
Del mismo modo, esa cifra fue un 30% superior al promedio de los últimos cinco años, y sólo fue superada por la marca de 2018, cuando el financiamiento bancario al campo había sido –siempre tomando junio como parámetro- de $ 4.500 millones, es decir que es la segunda marca más alta en 10 años.
Este volumen, incluso, es el tercero más elevado de este siglo para la misma fecha, únicamente superado por el registro al 30 de junio de 2018 y de 2012.
Según consta en los registros, el financiamiento llegó al campo a través de diferentes instrumentos como adelantos en cuenta corriente o a la vista, préstamos hipotecarios, prendarios, personales y tarjetas de crédito, entre otros.
Otro dato llamativo que muestra el trabajo de la Bolsa de Rosario es el nivel de morosidad que presenta el segmento agrícola. En este caso no por la evolución alcista, como ocurre con las familias y la industria, sino por un escenario totalmente diferente.
La regularidad y el pago de los préstamos “se mantuvo en porcentajes notablemente altos en la última década”, según la BCR, dentro de una franja de entre el 94% y el 98%.
Al 30 de junio, la cartera de deudores clasificados en situación normal (es decir, que no presentan atrasos de más de 31 días) se ubicó en el 97,6%. Este ratio no solo es muy bueno sino que, además, muestra la segunda mejor marca en la última década, apenas superada por el registro de 2017 –siempre tomando como referencia los datos al 30 de junio-, cuando tocó el 97,7%.
Del stock de préstamos de $ 4.100 millones, $ 1.600 millones corresponden a préstamos otorgados en pesos, mientras que los restantes $ 2.500 millones fueron consignados en moneda extranjera.
La mayor parte del incremento en el financiamiento al sector agrícola se explica por el sólido crecimiento de los préstamos en dólares, que más que duplicaron su volumen durante el último año, con un crecimiento de 133%.
«Si se analizan los datos históricos del siglo XXI, se advierte que únicamente a mediados de 2018 se registró un stock de préstamos en dólares más alto que este año”, afirma la BCR.
El monto de financiación en pesos también mostró un incremento, del 48%, un alza interesante pero muy lejos si se lo compara con el comportamiento de las líneas en dólares.
Al momento de explicar las razones de este fuerte incremento del financiamiento en dólares, la Bolsa de Rosario apunta a varios aspectos. Sostiene que el programa de blanqueo de capitales, junto con el “Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos”, la progresiva desregulación y flexibilización del mercado cambiario, y la disminución de exigencias a los bancos locales para ofrecer financiamiento en moneda extranjera, resultaron clave a la hora de generar mayor movimiento.
Además, hay un dato que no es menor, y es el encarecimiento del crédito en pesos, en un contexto de desaceleración inflacionaria que, combinadas con tasas de interés nominales más inflexibles, que desembocaron en tasas de interés reales altas.