La muerte de René Bertrand dejó un profundo vacío en el ambiente artístico, pero el dolor más grande lo vive su familia: en especial su compañera de vida, Belén Giménez, quien estuvo a su lado durante 16 años. La actriz, madre de sus dos hijos, acompañó a René en cada etapa de su carrera y fue también testigo y sostén en su lucha contra una dura enfermedad ósea que terminó quitándole la vida.
La historia de amor entre René y Belén comenzó sobre el escenario. Se conocieron en 2008, durante una temporada teatral en Mar del Plata, en la obra Le Referí Cornud, en la que compartían cartel. En ese entonces, ella era una joven actriz que ni siquiera sabía que René era hijo de la reconocida María Rosa Fugazot.
Según contó en una entrevista con La Nación, se enteró recién tiempo después, cuando ya estaban en pareja. Su sorpresa fue tal, que dudó en seguir con el vínculo, temiendo que su suegra pudiera oponerse. Pero nada de eso ocurrió.
Con el paso del tiempo, el amor fue creciendo. Se casaron en 2016, en una ceremonia íntima pero llena de emoción. “Lo nuestro fue sin escándalos, con mucho trabajo y amor”, supieron decir. En 2018 llegó Sofía, su primera hija. Y luego nació Franco, quien tiene síndrome de Down. Lejos de derrumbarse ante el diagnóstico, la pareja decidió abrazar la diferencia con amor y compromiso.
UNA FAMILIA FUERTE Y UNIDA
Belén y René siempre apostaron por la familia. En redes sociales compartían momentos cotidianos, escapadas, cumpleaños y anécdotas llenas de ternura. En varias entrevistas, él hablaba de su mujer como “la persona que más admiraba” y con quien encontraba equilibrio, incluso en los momentos difíciles.
La enfermedad que lo afectaba comenzó a manifestarse con dolores persistentes en los huesos. Aunque trataron de mantener la situación en la intimidad, quienes los rodeaban sabían que la salud de René estaba comprometida. Fue Belén quien más luchó a su lado, acompañándolo en cada tratamiento, conteniendo a sus hijos y sosteniendo su hogar con amor.
En las últimas horas, René sufrió un colapso repentino en un sanatorio de la Ciudad de Buenos Aires. Fue el desenlace de una enfermedad larga, silenciosa, que solo su círculo íntimo conocía. Belén estuvo con él hasta el último momento. Ahora, enfrenta el duelo más doloroso: seguir adelante sin su gran amor.
Los amigos de la pareja, entre ellos Mariano Iúdica y Gustavo Sofovich, ya expresaron su pesar y acompañan a Belén en este duro momento. Muchos la describen como una mujer fuerte, de carácter firme, pero de una sensibilidad única.
“Éramos uno solo en dos cuerpos”, dijo alguna vez René sobre ella. Y ese amor, tan real y sincero, es lo que la sostendrá mientras lo despide con el corazón hecho pedazos.