Boca reaccionó a tiempo ante Trinidense: depende de sí mismo para llegar directo a los octavos de la Copa Sudamericana

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Los grandes jugadores demuestran su condición en los momentos de tensión. Y el golazo de Edinson Cavani, un tiro libre que se clavó en el ángulo de Wilson Quiñónez, fue una muestra gratis del talento del uruguayo. En definitiva, la justificación del dominio que había mostrado Boca, aun sin tanta claridad. A esa altura, Sportivo Trinidense aguantaba como podía y tenía un hombre menos desde los cinco minutos del segundo tiempo. La victoria azul y oro en Asunción y la derrota de Fortaleza en Bolivia lo dejó de cara a una final, el miércoles en la Bombonera. Será un mano a mano decisivo contra los brasileños para sus aspiraciones de acceder directamente a los octavos de final de la Sudamericana.

Boca no tuvo un gran volumen de juego, falló en el área rival y terminó perdiendo en el primer tiempo por sus deficiencias en el retroceso. Trinidense lo complicó con sus proyecciones por la derecha y los pelotazos largos, el último cuando se consumían los cuarenta y cinco minutos iniciales y derivó en el gol del mendocino Brian Andrada.

Hubo una jugada polémica, una mano de Axel Cañete que reclamaron los futbolistas xeneizes. La jugada fue revisada por el VAR, pero acompañó la decisión del chileno Cristian Garay. Cuando enganchó Lautaro Blanco, el defensor paraguayo amagó con tocar la pelota con su mano derecha, pero retiró a tiempo, no impidió que el lateral rosarino pudiera mandar el centro que no aprovecharon Miguel Merentiel ni Edinson Cavani.

Con la tenencia como principal argumento y acumulación de pases, Boca intentó sorprender por afuera con las escaladas de Blanco y Luis Advíncula. Sin embargo, le faltó un mayor caudal asociativo en el medio. Pol Fernández, Cristian Medina y Equi Fernández no lograron darle la dinámica necesaria. Y Merentiel se frustraba porque tenía que bajar a buscar, perdía presencia en el área y Cavani quedaba sin compañía.

En este contexto, fue más efectivo Trinidense, que acertó la única vez que remató al arco. Boca merodeó, preocupó a su rival cada vez que aceleró, pero no consiguió lastimar a Wilson Quiñónez. Con dos pelotas paradas ejecutadas por Kevin Zenón, un tiro libre y un córner, estuvo cerca. Sin embargo, Cavani resolvió mal.

Foto: REUTERS/Cesar OlmedoFoto: REUTERS/Cesar Olmedo

Trinidense jugó largo y encontró un hueco muy grande entre Pol Fernández y los centrales. Por esa vía casi marca Fernando Romero, quien se sacó de encima la marca de Cristian Lema, pero definió ancho. Un rato antes, a partir de un lateral, Pedro Delvalle no pudo resolver ante el asedio de Nicolás Figal; su disparó se perdió cerca del poste derecho de Sergio Romero.

Hasta que en el final de la primera etapa, Quiñónez volvió a sacar largo, peinó Fernando Romero con Lema saliendo tarde y Andrada quedó de frente al gol, perseguido por Pol Fernández y Blanco. El mendocino definió ante Chiquito, que amortiguó con su pierna derecha, pero no pudo evitar el grito de los paraguayos.

Boca parecía aturdido en el arranque del segundo tiempo, cuando se equivocó Lema y Romero atoró a Delvalle en el mano a mano. Sin embargo, el partido lo puso en una situación muy favorable. Andrada, que había sido amonestado por quitarse la camiseta cuando marcó el gol, tomó del cuerpo y la camiseta a Equi Fernández, una falta táctica que ameritaba la segunda amarilla. Garay no dudó y Trinidense se quedó con diez.

Diego Martínez reaccionó rápido. Sacó un volante, Pol Fernández, y apostó a un delantero, Luca Langoni. Los paraguayos se refugiaron atrás y ya no pudieron equilibrar en el juego. Optaron por mantener el orden, tratar de cortar y alejar el peligro del área de Quiñónez.

Foto: NORBERTO DUARTE / AFPFoto: NORBERTO DUARTE / AFP

En este contexto, creció Zenón, que mostró el camino con su categoría. Y a partir de una jugada que armó el correntino, llegó un gran centro de Blanco y el cabezazo goleador de Figal.

Lo que siguió fue un dominio absoluto de Boca. Volvió a intervenir el VAR ante un error de Garay, que vio penal de Quiñónez sobre Langoni. El chileno solo necesito ver una repetición para darse cuenta de que el arquero había llegado primero a la pelota.

Todo era de Boca. Y sobre la hora, Luis De La Cruz le pegó un codazo a Merentiel. Garay cobró la infracción y Cavani marcó un gol que, a futuro, puede valer la clasificación.

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